lunes, 30 de noviembre de 2009

Análisis de "Los pasos perdidos"

En esta novela de Carpentier se refleja el viaje del autor por Venezuela. Desde el punto de vista del protagonista, Carpentier desarrolla sus experiencias e impresiones dentro de una historia de florido contenido. En ella introduce personajes místicos y a la vez cuentos amorosos.
El viaje de Carpentier por Sudamérica le había llenado de asombro y emoción
que nacen del contraste de una cultura "virgen" con la civilización desarrollada de las grandes urbes europeas. Este estado de fascinación y asombro, de distanciamiento de Europa también caracterizan al protagonista de la novela.
Como él también Carpentier había vivido gran parte de su vida en Europa. Estos sentimientos se pueden explicar observando el pasado del autor en Europa, pero el hecho de que el autor llevase tiempo ocupado en el estudio de la realidad latinoamericana los hacía posible aunque no fuese su propósito consciente, era factible que eso fuese lo que estaba buscando sin saberlo.
Para transmitir éstas impresiones con la mayor autenticidad posible, el autor se sirve del protagonista, un hombre del mundo occidental que se enfrenta con el subcontinente sudamericano, un mundo desconocido para él. Así lo encuentra todo insólito y extraordinario y ese es precisamente el fundamento de lo que Carpentier identifica como lo real maravilloso de América Latina.

Este concepto de lo real maravilloso se manifiesta en las descripciones de la naturaleza intocable, la selva virgen, árboles gigantes, plantas y flores en innumerables colores, la gente humilde y sencilla pero con una riqueza proveniente de antiguas culturas y tradiciones. Este mundo se le revela al protagonista real e idéntico en contraposición con el mundo falso y artificial que antes dominaba su vida.
Para subrayar la diferencia, se desarrolla el carácter de su amante Mouche, de
rasgos arrogantes, superficiales y profundamente autocomplaciente. Ella representa la vida del mundo occidental un tanto estereotipada, que no está a la altura de la fuerza de la naturaleza, poderosa. Tanto es la fuerza de la naturaleza que Mouche no puede resistirla, se enferma y debe que terminar el viaje y regresar. Su antagonista Rosario, cuya, personalidad y apariencia representa el mestizaje ético y cultural del continente, representa la personificación de una mujer latinoamericana. Carpentier con ella demuestra al sincretismo del pueblo latinoamericano, claramente expresado en la decripción de ella: “Era evidente que varias razas se encontraban mezcladas en esta mujer. India por su por el pelo y los pómulos, mediterránea por la frente y la nariz, negra por la sólida redondez de los hombros y una peculiar anchura de la cadera...

Cuando el narrador y Rosario finalmente inician una relación amorosa comienza la verdadera penetración en el mundo diferente y desconocido que ha empezado a descubrir y que conlleva a una ruptura total y absoluta con el mundo occidental, representado en el fin de su relación con Mouche.
Otro factor importante para el desarrollo de la novela es el viaje sobre el Orinoco, postulado como viaje hacia la fuente, hacia el origen. El protagonista viaja de una metrópoli del siglo XX, pasando por una capital latinoamericana del siglo XIV a regiones de tiempos de la conquista, llegando a una tribu en la selva del origen.


Carpentier quiere demostrar la coexistencia de épocas históricas en la
Latinoamérica “subdesarrollada”, a comparación con países europeos y
norteamericanos se encuentran todos los "estadios" del desarrollo humano, desde el paleolítico hasta la modernidad, conviviendo al mismo tiempo en un solo continente.
En su amor a Rosario el protagonista encuentra una emancipación de sus
sentidos, su nueva conciencia de sí mismo que le permite una nueva realización personal.

Carpentier muestra por medio del viaje del protagonista en los confines
sudamericanos, la búsqueda del origen, de las raíces de este pueblo, búsqueda que el narrador realiza descubriendo la realidad maravillosa de la naturaleza, la cultura, la mujer latinoamericana. Finalmente a través de este viaje, el protagonista ha encontrado su propio origen dentro de un “espacio sin tiempo”. Y ya en posesión de su identidad, desea apropiarse de ella en forma definitiva.

Pero al intentar regresar definitivamente al paraíso encontrado en su viaje,
después de haber culminado con su vida civilizada, se encuentra ante la
imposibilidad de regresar. El autor postula aquí que la utopía siempre será
inalcanzable y no puede volverse realidad. El narrador cometió “el irreparable error de desandar lo andado, creyendo que lo excepcional puede serlo dos veces.

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